Robot quirúrgico Mako™
La solución tecnológica más avanzada para cirugías de implantación de prótesis de rodilla
La artroscopia de rodilla es una técnica quirúrgica mínimamente invasiva que permite al especialista explorar y tratar directamente el interior de la articulación mediante la introducción de una cámara (artroscopio) y pequeños instrumentos quirúrgicos a través de incisiones de apenas unos milímetros.
Se trata de un procedimiento de gran precisión, que ha revolucionado el abordaje de las patologías de rodilla, porque combina dos ventajas fundamentales: por un lado, proporciona una visión directa y aumentada de las estructuras internas (meniscos, cartílago, ligamentos, membrana sinovial), y por otro, permite realizar gestos terapéuticos sin necesidad de abrir completamente la articulación.
En la práctica, la artroscopia puede emplearse tanto con un fin diagnóstico (confirmar lesiones que no se han visto claramente en pruebas de imagen) como con un fin terapéutico (reparar o extirpar el menisco, regularizar el cartílago, reconstruir ligamentos o extraer cuerpos libres).
Al ser una cirugía mínimamente invasiva, suele implicar:
Por todo ello, hoy en día la artroscopia de rodilla es considerada la técnica de elección para la mayoría de las patologías internas de esta articulación, especialmente en pacientes jóvenes, deportistas o en aquellos casos donde la preservación funcional es prioritaria.
La artroscopia de rodilla está indicada en una amplia variedad de lesiones y alteraciones articulares, tanto traumáticas como degenerativas. Se recomienda cuando las pruebas de imagen (radiografías, resonancias) no son concluyentes, cuando el tratamiento conservador (fisioterapia, infiltraciones, medicación) no ha dado resultado, o cuando es necesario realizar un tratamiento quirúrgico.
Entre las situaciones más frecuentes en las que se indica se encuentran:
Lesiones meniscales
Resección parcial (meniscectomía) o sutura meniscal en roturas recientes.
Útil en casos avanzados o refractarios, permite condroplastia o microfracturas para mejorar el cartílago.
Lesiones de ligamentos
Principalmente la reconstrucción del ligamento cruzado anterior (LCA) y, en algunos casos, del ligamento cruzado posterior.
Lesiones condrales o del cartílago
Regularización, microfracturas o técnicas de regeneración de cartílago.
Cuerpos libres intraarticulares
Fragmentos de cartílago o hueso que provocan bloqueos o dolor.
Patología sinovial
Sinovitis crónica, reumatológica o infecciosa.
Diagnóstico exploratorio
Cuando otras pruebas no permiten confirmar el origen del dolor o la limitación funcional.
En casos graves y crónicos, puede realizarse un desbridamiento artroscópico del tendón.
Solo indicada si existen lesiones meniscales o condropatías resistentes al tratamiento conservador.
La artroscopia se considera una técnica versátil y adaptable a distintas patologías, siempre que exista un objetivo claro: aliviar el dolor, mejorar la movilidad y preservar la función de la articulación.
En deportistas profesionales, la artroscopia de rodilla permite una recuperación más rápida y con menor riesgo de secuelas, lo que es esencial para reincorporarse a la competición en el menor tiempo posible. Además, posibilita realizar gestos quirúrgicos muy precisos que conservan al máximo las estructuras articulares, prolongando la vida útil de la rodilla pese a la alta exigencia física.
En pacientes de edad avanzada con artrosis, la artroscopia puede emplearse de forma selectiva para eliminar cuerpos libres, lavar la articulación o regularizar bordes meniscales desgarrados. No suele ser una solución definitiva para la artrosis avanzada, pero sí puede ofrecer alivio temporal del dolor y mejora funcional, retrasando la necesidad de una prótesis.
En ocasiones, la artroscopia se combina con otros procedimientos quirúrgicos dentro de la misma intervención quirúrgica, como:
Estas combinaciones permiten un enfoque personalizado y más completo.
El menisco es una estructura fibrocartilaginosa en forma de media luna que actúa como amortiguador y estabilizador de la rodilla. Cada rodilla tiene dos meniscos (interno y externo), y las lesiones en ellos son una de las principales causas de dolor e inestabilidad articular.
Cuando el daño meniscal no mejora con fisioterapia, medicación o infiltraciones, la artroscopia de rodilla se convierte en la técnica de elección, al permitir tratar la rotura de menisco de manera mínimamente invasiva.
1. Meniscectomía parcial
2. Sutura meniscal
3. Trasplante meniscal
Antes de programar la intervención, el paciente suele someterse a una serie de evaluaciones:
Historia clínica completa
Valoración del dolor, antecedentes de lesiones previas y grado de limitación funcional.
Pruebas de imagen
Radiografías para estudiar la alineación y resonancia magnética para valorar estructuras internas (meniscos, ligamentos, cartílago).
Valoración preanestésica
Se determina el tipo de anestesia más adecuada según edad, estado de salud y procedimiento a realizar.
Instrucciones al paciente
Ayuno de al menos 6 horas, suspensión temporal de anticoagulantes y recomendaciones sobre higiene previa (lavado de la rodilla con jabón antiséptico).
El objetivo de esta preparación es minimizar riesgos y asegurar que el paciente llega a quirófano en las mejores condiciones posibles.
El procedimiento, aunque puede variar según el caso clínico, sigue una serie de pasos estandarizados:
1. Anestesia
Puede ser raquídea (regional), que adormece la mitad inferior del cuerpo, o general, en casos seleccionados. En procedimientos más simples también puede aplicarse anestesia local con sedación.
2. Colocación del paciente
El paciente se coloca en decúbito supino (tumbado boca arriba). La pierna se fija en un soporte que permite manipular la rodilla con flexión y extensión durante la cirugía.
3. Desinfección y campo estéril
Se aplica solución antiséptica en toda la extremidad. La rodilla se rodea de paños estériles para mantener un entorno quirúrgico seguro.
4. Portales de acceso
Se realizan dos o tres incisiones de unos 5 mm (anterolateral, anteromedial y, si es necesario, superolateral). A través de ellos se introduce el artroscopio (una cámara de alta definición) y los instrumentos quirúrgicos específicos.
5. Insuflación con suero salino
Se inyecta suero fisiológico dentro de la articulación para expandirla y mejorar la visibilidad.
6. Exploración articular sistemática
El cirujano revisa meticulosamente cada compartimento de la rodilla:
7. Gestos terapéuticos
Meniscectomía parcial o sutura meniscal, reconstrucción de ligamentos con injertos tendinosos, microfracturas para estimular la regeneración de cartílago y resección de cuerpos libres o sinovectomía parcial.
8. Cierre y vendaje
Las pequeñas incisiones se cierran con puntos de sutura o tiras adhesivas. Se coloca un vendaje compresivo para reducir el sangrado y la inflamación.
9. Duración de la cirugía
Dependiendo de la complejidad, la artroscopia puede durar entre 30 minutos y 2 horas.
La recuperación completa después de una artroscopia de rodilla suele ser más rápida que la de una cirugía abierta, pero requiere cuidados específicos y un plan de rehabilitación bien estructurado. El objetivo es reducir el dolor e inflamación, recuperar la movilidad articular y, posteriormente, fortalecer la musculatura para volver a las actividades cotidianas y deportivas con seguridad.
Durante los primeros días tras la intervención, el paciente debe seguir una serie de recomendaciones para favorecer la cicatrización y minimizar riesgos:
– Aplicar hielo local en intervalos de 15–20 minutos varias veces al día.
– Mantener la pierna en elevación para reducir el edema.
– Seguir el tratamiento analgésico y antiinflamatorio prescrito.
– Mantener el vendaje limpio y seco.
– Cambiar los apósitos según indicación médica.
– Vigilar signos de infección: enrojecimiento, secreción o fiebre.
– En la mayoría de los casos se permite caminar apoyando parcialmente el pie el mismo día o al día siguiente, con ayuda de muletas.
– El tiempo hasta caminar sin muletas depende de la cirugía realizada (más corto en meniscectomía, más largo en suturas meniscales o reconstrucción de ligamentos).
– Puede reincorporarse al trabajo sedentario en pocos días.
La fisioterapia es clave en la recuperación tras una artroscopia de rodilla. Los objetivos principales son recuperar movilidad, fuerza y estabilidad.
1. Fase inicial (semanas 1–2)
2. Fase intermedia (semanas 3–6)
3. Fase avanzada (semanas 7–12)
4. Vuelta al deporte (a partir de los 3–6 meses, según el caso)
Aunque la artroscopia de rodilla es una técnica mínimamente invasiva y con una tasa de éxito muy alta, como cualquier cirugía puede dejar secuelas temporales o permanentes. Estas dependen del tipo de lesión tratada, de la edad del paciente, del estado previo de la articulación y del seguimiento de la rehabilitación.
1. Molestias y dolor residual
Tras la cirugía es normal sentir dolor o sensación de presión en la rodilla, especialmente en los primeros días. En la mayoría de los casos mejora con analgésicos y fisioterapia, pero algunos pacientes pueden referir dolor intermitente durante meses, sobre todo si ya existía artrosis.
2. Hinchazón y líquido en rodilla después de la artroscopia
Puede aparecer derrame articular (acumulación de líquido en la rodilla) en las primeras semanas. Generalmente se resuelve con reposo, frío local y fisioterapia, aunque en ocasiones se requiere una punción evacuadora.
3. Cicatriz y cambios cutáneos
Las incisiones son pequeñas, pero dejan una cicatriz milimétrica que suele ser apenas visible. Algunas personas pueden presentar cicatrización hipertrófica o queloides, aunque es infrecuente.
4. Rigidez o limitación de la movilidad
La falta de rehabilitación adecuada puede derivar en rigidez de la rodilla o pérdida parcial de la flexión/extensión. Esta secuela es evitable en gran medida si se siguen los ejercicios de movilidad desde los primeros días.
5. Debilidad muscular
La inmovilización relativa después de la cirugía provoca atrofia del cuádriceps y pérdida de fuerza en los músculos estabilizadores. Si no se realiza rehabilitación activa, puede cronificarse y afectar a la estabilidad de la rodilla.
6. Bloqueos o chasquidos residuales
En pacientes con lesiones meniscales complejas o degenerativas puede persistir cierta sensación de enganche o chasquido tras la operación. No siempre significa que la cirugía haya fallado, pero puede requerir revisión médica.
7. Riesgos menos frecuentes
8. Secuelas a largo plazo
En artrosis de rodilla avanzada, la artroscopia puede aliviar síntomas temporalmente, pero no frena la progresión del desgaste.
Algunos pacientes evolucionan hacia la necesidad de una prótesis de rodilla con los años.
En casos de meniscectomía (extracción parcial del menisco), puede aparecer mayor riesgo de artrosis precoz debido a la pérdida de amortiguación.
Característica | Artroscopia de rodilla | Cirugía abierta de rodilla | Prótesis de rodilla (artroplastia) |
---|---|---|---|
Tipo de técnica | Mínimamente invasiva, con pequeñas incisiones y cámara | Incisión amplia para acceso directo | Sustitución parcial o total de la articulación de la rodilla |
Objetivo principal | Diagnóstico y reparación de lesiones (menisco, cartílago, ligamentos) | Reparación de lesiones complejas o fracturas | Eliminar dolor por artrosis avanzada y recuperar movilidad |
Tiempo quirúrgico | 30–90 min | 1–2 h | 1,5–3 h |
Anestesia habitual | Regional o general ligera | General o regional | General o regional |
Cicatrices | Mínimas (0,5–1 cm) | Más grandes (8–15 cm) | Grandes (15–20 cm aprox.) |
Dolor postoperatorio | Bajo–moderado | Moderado–alto | Alto (primeras semanas) |
Recuperación funcional | Rápida: semanas | Media: meses | Larga: 3–6 meses o más |
Rehabilitación | Imprescindible pero breve | Imprescindible y prolongada | Intensiva y prolongada |
Riesgos y complicaciones | Muy bajos (infección <1%, trombosis rara) | Mayores que en artroscopia | Riesgo de rechazo, aflojamiento, luxación |
Duración del resultado | Variable, depende de la lesión | Variable, útil en casos seleccionados | 15–20 años de vida útil media de la prótesis |
Indicaciones principales | Lesiones meniscales, ligamentos, cartílago articular, cuerpos libres | Lesiones graves de hueso y ligamentos | Artrosis avanzada, daño articular irreversible |
Reincorporación laboral/deportiva | Rápida (días-semanas) | Lenta (meses) | Prolongada (meses) |
La solución tecnológica más avanzada para cirugías de implantación de prótesis de rodilla
La artroscopia de rodilla es una de las técnicas quirúrgicas más utilizadas en traumatología por su seguridad y eficacia contrastada. A corto plazo, los resultados suelen ser muy satisfactorios: se logra la mejoría del dolor, la recuperación de la movilidad articular y la incorporación temprana a la vida diaria o deportiva.
A largo plazo, la eficacia depende de la patología tratada y de las características del paciente: edad, actividad física, estado del cartílago y presencia de enfermedades degenerativas. En pacientes jóvenes con lesiones aisladas, la artroscopia puede permitir volver al mismo nivel de actividad deportiva. En cambio, en pacientes con artrosis avanzada, la mejoría puede ser limitada y temporal.
Estas valoraciones deben ser realizadas por el tribunal médico, basándose en informes clínicos, pruebas funcionales y el grado de afectación neurológica o mecánica residual.
Aunque la artroscopia de rodilla es una herramienta quirúrgica muy versátil, no es una solución universal y presenta limitaciones claras:
En artrosis avanzada
La artroscopia no detiene la progresión degenerativa ni sustituye la necesidad futura de una prótesis.
En lesiones muy extensas del cartílago
Los resultados pueden ser discretos, ya que no se logra regenerar completamente el tejido dañado.
En casos de inestabilidad grave (roturas ligamentarias múltiples)
La artroscopia puede ser insuficiente si no se combina con técnicas reconstructivas.
En pacientes con obesidad o enfermedades asociadas
Los resultados funcionales pueden ser menos evidentes y la recuperación más lenta.
En deportistas de élite
Aunque la recuperación es más rápida que en una cirugía abierta, no siempre garantiza el retorno al mismo nivel competitivo, dependiendo de la lesión inicial.
En conclusión, la artroscopia de rodilla ofrece grandes ventajas como cirugía mínimamente invasiva, pero debe indicarse en el paciente adecuado y con expectativas realistas sobre sus beneficios y limitaciones.
El tiempo de incapacidad laboral depende tanto del tipo de cirugía como de la actividad profesional del paciente:
En España, durante la baja se cobra una parte del salario: un 60 % de la base reguladora desde el cuarto día y un 75 % a partir del día 21, salvo que el convenio laboral mejore estas condiciones. La duración máxima legal de una incapacidad temporal es de 12 meses prorrogables hasta 18 si el estado lo justifica.
Cada vez se habla más de la figura del alta progresiva, que permite volver al trabajo de forma parcial y adaptada, lo cual es especialmente útil tras cirugías ortopédicas como esta.
No esperes más para recuperar la movilidad y eliminar el dolor en tu rodilla. Solicita tu consulta con nuestros especialistas en artroscopia de rodilla y comienza hoy tu camino hacia una recuperación segura y eficaz.
Sí, en la mayoría de los casos el paciente puede apoyar el pie y caminar con ayuda de muletas desde el mismo día de la cirugía. El grado de carga dependerá del tipo de procedimiento realizado:
– Lesiones meniscales simples: apoyo parcial o total desde el inicio.
– Lesiones de cartílago o técnicas reparadoras: restricción parcial del apoyo durante varias semanas.
– Reconstrucciones complejas: caminar puede posponerse según las indicaciones del cirujano.
Durante los primeros días, se recomienda dormir boca arriba con la pierna ligeramente elevada sobre una almohada para favorecer el drenaje y reducir la inflamación.
– Evitar dormir de lado sobre la rodilla intervenida.
– En caso de insomnio o dolor nocturno, pueden recetarse antiinflamatorios o analgésicos.
El bloqueo articular tras una artroscopia puede deberse a:
– Persistencia de un fragmento meniscal o cartilaginoso que impide la movilidad completa.
– Espasmo muscular reflejo por dolor.
– Inflamación e hinchazón dentro de la articulación (derrame articular).
Generalmente es temporal, pero si se mantiene debe ser evaluado por el traumatólogo.
La artroscopia deja cicatrices muy pequeñas (5-8 mm) en la piel.
– Su aspecto inicial es rosado, pero con los meses tienden a volverse casi imperceptibles.
– Con cuidados locales (cremas cicatrizantes, protección solar), la cicatriz suele ser apenas visible tras 6-12 meses.
La artroscopia de rodilla puede realizarse con diferentes técnicas anestésicas:
– Anestesia raquídea (más utilizada): adormece solo la parte inferior del cuerpo.
– Anestesia general: reservada para casos complejos o pacientes que lo requieran.
– Bloqueos nerviosos regionales: permiten controlar el dolor durante las primeras horas tras la cirugía.
El precio de una artroscopia de rodilla varía según la complejidad de la cirugía:
– El coste incluye honorarios médicos, quirófano, anestesia y hospitalización (si es necesaria).
– Comparada con cirugías abiertas o prótesis, la artroscopia es menos costosa y con menor tiempo de ingreso hospitalario.
La artroscopia de rodilla no es el primer paso en el tratamiento de los problemas articulares. Antes de indicar la cirugía, los especialistas suelen agotar opciones conservadoras como fisioterapia, antiinflamatorios, infiltraciones o reposo relativo.
Sin embargo, hay situaciones en las que la artroscopia se convierte en la mejor alternativa porque permite diagnosticar con precisión y, al mismo tiempo, tratar directamente la lesión.
La artroscopia será necesaria si:
Hospital HM Puerta del Sur
Quirófanos: quirofanos@traumadrid.es
Hospital HM Rivas
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