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Para el tratamiento de lesiones de pie y tobillo, corregir deformaciones y eliminar el dolor puede ser necesaria la intervención quirúrgica. La cirugía más habitual para tratar la articulación son: operación de hallux valgus, artroscopia de tobillo y artrodesis de tobillo y pie.
Algunas lesiones de pie y tobillo pueden tratarse fuera de quirófano mediante medidas conservadores, como terapia física para el refuerzo y rehabilitación de la articulación. Aunque, hay lesiones o enfermedades que únicamente pueden ser tratadas mediante cirugía.
El tipo de cirugía utilizada dependerá de diversos factores como la condición médica, la edad, la gravedad de la lesión o de la enfermedad y el nivel de actividad del paciente. En caso de sufrir una gran deterioro de la articulación, la cirugía puede consistir en la unión de los huesos de la articulación (artrodesis de pie y tobillo) o la sustitución por una articulación artificial (artroplastia de tobillo) en casos graves de artritis, tumoración, fracturas, etc.
La cirugía de tobillo generalmente tiene una duración de entre 1 hora y 1 hora y media; sin embargo, este tiempo podrá ser mayor o menor en función del tipo de cirugía y la situación personal del paciente.
Según el tipo de lesión y el estado en el que se encuentre la articulación se realiza una u otra cirugía ortopédica de tobillo. Las operaciones más comunes son: cirugía de reconstrucción de ligamentos, cirugía por esguince de tobillo, cirugía por fracturas o cirugía por artrosis.
Las lesiones de tejidos blandos se producen en los músculos, tendones y ligamentos. La cirugía de reconstrucción de los ligamentos del tobillo se realiza en pacientes con esguinces repetidos o inestabilidad de la articulación que no responden a los tratamientos no quirúrgicos.
La operación tiene como objetivo fortalecer y adaptar las estructuras ligamentosas de la articulación del tobillo. Existen distintas técnicas quirúrgicas dependiendo de las características individuales del paciente:
Las fracturas de tobillo son una de las razones más comunes de visita a los servicios de traumatología y los huesos dañados con mayor frecuencia son la tibia y peroné por traumatismo de alta energía o movimientos repetitivos; el calcáneo tras una caída sobre el talón; y el astrágalo, cuyo diagnóstico debe ser rápido para reducir el riesgo de sufrir necrosis.
Según la posición del pie y la dirección de la fuerza que produce la lesión, las fracturas pueden ser:
El tratamiento quirúrgico de las fracturas de pie y tobillo dependerá de la localización de la fractura y la magnitud del desplazamiento.
La artrosis es un proceso degenerativo que implica el desgaste del cartílago articular provocando dolor, rigidez, bloqueo, inestabilidad y limitación del movimiento en el tobillo.
En casos de artrosis avanzada, pueden realizarse dos tipos de cirugía:
El esguince es una de las lesiones de tobillo más habituales, siendo el más frecuente el esguince del ligamento lateral externo que se produce al forzar la inversión del pie. Frecuentemente, este tipo de lesiones se producen durante la práctica deportiva.
La artroscopia es la cirugía más utilizada para el tratamiento de esta lesión:
Es normal sentir dolor e hinchazón en la zona de la incisión tras una operación de tobillo. Durante las primeras semanas, la inflamación puede persistir mientras el cuerpo sana. En casos de fracturas de tobillo inmovilizadas con férula, es común experimentar dolor al intentar caminar debido a la pérdida de masa muscular, la rigidez en las articulaciones o la formación de adherencias en los tejidos. También puede haber pérdida de fuerza en la pierna afectada, lo que dificulta la rehabilitación.
Para aliviar el dolor y favorecer la recuperación:
Seguir estas indicaciones ayudará a una recuperación más cómoda y a prevenir complicaciones.
Tras la operación, el paciente debe evitar mover el tobillo y apoyar el pie durante unas 6-10 semanas. Una vez pasado el periodo de reposo, se podrá empezar la rehabilitación con ejercicios específicos para recuperar la movilidad de la articulación y fortalecer los músculos afectados.
La terapia física recomendada tras una cirugía de tobillo consiste en la realización de ejercicios y movimientos para el fortalecimiento de la musculatura y el refuerzo del equilibrio de la pierna y el tobillo. La rehabilitación debe seguir como guía el nivel de dolor del paciente e ir aumentando la intensidad de los ejercicios progresivamente.
Estos son algunos ejercicios indicados para rehabilitación del tobillo operado:
Estiramientos:
Amplitud de movimiento:
Fortalecimiento de los músculos:
Control del equilibrio:
Generalmente, el tiempo de recuperación tras una operación de tobillo oscila ente los dos y los tres meses hasta que el paciente consigue recuperar por completo la funcionalidad de la articulación. Aunque, el proceso será más o menos largo y dificultoso en función del tipo de fractura, el tratamiento quirúrgico realizado, la terapia física, los problemas médicos añadidos del propio paciente, el proceso de cicatrización, etc.
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