La discectomía es una técnica quirúrgica especializada en el tratamiento de patologías del disco intervertebral, siendo especialmente indicada para los casos de hernia discal sintomática. Consiste en la extirpación total o parcial del núcleo pulposo desplazado que ha migrado fuera de su espacio habitual y está generando compresión sobre estructuras nerviosas, habitualmente raíces espinales o, en casos graves, la médula espinal.
El disco intervertebral, situado entre las vértebras, actúa como un amortiguador natural compuesto por un núcleo gelatinoso (núcleo pulposo) y un anillo fibroso externo (anulus fibrosus). Cuando ese núcleo pulposo protruye o se extruye, puede comprimir nervios y causar dolor irradiado, pérdida de fuerza, alteraciones de la sensibilidad e incluso pérdida del control de esfínteres.
La discectomía, por tanto, no busca únicamente aliviar el dolor lumbar o cervical, sino restaurar la funcionalidad neurológica, mejorar la calidad de vida del paciente y evitar complicaciones neurológicas mayores. Se puede realizar en diferentes segmentos de la columna vertebral: lumbar (la más frecuente), cervical o torácica.
Aunque la mayoría de las hernias de disco se tratan inicialmente con tratamientos conservadores —reposo, fisioterapia, medicación antiinflamatoria, infiltraciones o bloqueos radiculares—, existen criterios clínicos y radiológicos que indican la necesidad de intervención quirúrgica. Estos son los principales supuestos en los que nuestro equipo de traumatología valorará realizar una discectomía:
1. Dolor radicular persistente e invalidante
Cuando el paciente presenta ciatalgia o braquialgia persistente que no responde al tratamiento farmacológico y limita la vida diaria durante más de 6-8 semanas, la discectomía puede resolver la compresión nerviosa y aliviar la presión.
2. Déficit neurológico progresivo
Si se observa una pérdida de fuerza muscular progresiva, reflejos abolidos o parestesias intensas, es fundamental intervenir quirúrgicamente antes de que el daño en la raíz nerviosa se convierta en irreversible.
3. Síndrome de cauda equina
Una urgencia neuroquirúrgica caracterizada por incontinencia urinaria y/o fecal, anestesia en “silla de montar” y debilidad bilateral. La cirugía debe realizarse de forma inmediata para evitar secuelas permanentes.
4. Hernia discal extruida o migrada
En los estudios de imagen, una hernia con extrusión importante del material discal o migración hacia el canal espinal suele requerir una intervención para evitar daño neurológico severo.
5. Estenosis del canal con componente discal
En pacientes con estenosis de canal vertebral de origen mixto (degenerativo y discal), la discectomía se asocia a veces con una laminectomía descompresiva.
Existen diferentes tipos de fusión espinal, dependiendo de la zona afectada, la vía de abordaje y la técnica quirúrgica empleada. El objetivo de todos estos procedimientos es estabilizar la columna vertebral uniendo dos o más vértebras para eliminar el movimiento doloroso entre ellas.
Los principales tipos de procedimientos incluyen:
Es la técnica más clásica, indicada en hernias de gran volumen o con migración posterior. Requiere una incisión más amplia, disección de planos musculares y exposición directa del disco intervertebral. Aunque es más invasiva, ofrece acceso visual completo y control directo de la raíz afectada.
Indicada en casos complejos o con necesidad de procedimientos combinados como artrodesis o instrumentación vertebral.
Considerada el «gold standard» en muchas unidades de columna. Se trata de una técnica mínimamente invasiva que utiliza amplificación óptica mediante microscopio quirúrgico para realizar una incisión de apenas 2-3 cm, acceder al espacio interlaminar, retirar el fragmento herniado y preservar al máximo las estructuras óseas y ligamentosas.
Sus beneficios incluyen menor sangrado, menor daño muscular, recuperación más rápida y menor riesgo de fibrosis postquirúrgica.
Se realiza mediante tubos de trabajo y cámara endoscópica introducidos por una incisión percutánea lateral. Permite acceder al disco sin necesidad de disección muscular o laminectomía. Requiere anestesia local o sedación y se realiza de forma ambulatoria en algunos casos.
Especialmente útil en pacientes jóvenes o en deportistas con hernias contenidas y localizadas.
Es la técnica más frecuente para abordar hernias cervicales. Consiste en acceder al disco desde la cara anterior del cuello, retirar el disco completo y colocar un injerto óseo o una prótesis intersomática para mantener la altura del espacio y fusionar cervical.
La fusión aporta estabilidad y evita la recidiva, aunque puede limitar levemente la movilidad cervical en algunos pacientes.
| Característica | Disectomía cervical | Discectomía lumbar |
|---|---|---|
| Acceso quirúrgico | Anterior (cuello) | Posterior (espalda baja) |
| Zona afectada | Nervios cervicales (C5-C8) o médula | Nervios lumbares o sacros |
| Técnica más común | ACDF (fusión anterior) | Microdiscectomía lumbar |
| Síntomas principales | Dolor en brazo, debilidad, mielopatía | Ciática, dolor en pierna, debilidad en pie |
| Uso de prótesis | Frecuente | Poco habitual |
| Collarín | Sí | No necesario |
Todo paciente que se somete a una discectomía pasa por un protocolo completo de valoración clínica, neurofisiológica y radiológica. El diagnóstico se confirma habitualmente con una resonancia magnética nuclear y, si se requiere, con una electromiografía (EMG).
Antes de la cirugía se indican:
El paciente es monitorizado durante toda la intervención quirúrgica de columna y puede recibir medicación antibiótica profiláctica.



La recuperación tras una discectomía dependerá de la técnica empleada, del estado físico previo del paciente y de su adherencia a las indicaciones postoperatorias.
Como toda cirugía, la discectomía conlleva una serie de riesgos quirúrgicos y neurológicos, aunque son infrecuentes cuando la realiza un equipo especializado:
Por ello, en Traumadrid realizamos un seguimiento personalizado y multidisciplinar, con el objetivo de maximizar la recuperación y minimizar las complicaciones.
Para lograr una recuperación óptima tras la operación, es fundamental mantener ciertos hábitos y evitar factores de riesgo. Aquí tienes algunas pautas clave:
Evita el reposo absoluto. Camina desde el primer día con intervalos cortos y ves aumentando gradualmente. En las primeras 6 semanas, no cargues más de 3-5 kg, evita giros bruscos del tronco, flexiones profundas y estar sentado más de 30-40 minutos seguidos.
A partir de la 3ª semana: ejercicios suaves de movilidad, respiración y fortalecimiento abdominal. A las 6-8 semanas: inicio de fisioterapia dirigida. Reincorporación al deporte tras alta médica y reeducación postural.
Dieta equilibrada rica en proteínas, vitaminas (D, C, B12) y calcio para favorecer la regeneración tisular. Control del peso: el sobrepeso es uno de los principales factores de recaída.
Dormir de lado con almohada entre las piernas o boca arriba con almohada bajo las rodillas. Silla ergonómica si trabajas sentado.
Muchas personas confunden la discectomía con otras intervenciones quirúrgicas utilizadas para tratar el dolor de espalda y la compresión nerviosa. Esta tabla comparativa te ayudará a entender cuándo se indica cada técnica:
| Técnica | Indicaciones principales | Qué se extirpa | Ventajas | Inconvenientes |
|---|---|---|---|---|
| Discectomía | Hernia discal con compresión radicular | Parte del disco intervertebral | Rápida recuperación, menos invasiva | Riesgo de recidiva |
| Microdiscectomía | Hernia discal lumbar contenida | Fragmento del núcleo pulposo | Menor daño muscular, alta eficacia | No indicada en hernias muy migradas |
| Laminectomía | Estenosis del canal medular | Parte del arco posterior vertebral (lámina) | Amplia descompresión | Cirugía más invasiva |
| Foraminotomía | Estrechamiento del agujero de conjunción (foramen) | Estructuras óseas que comprimen la raíz nerviosa | Mejora de síntomas radiculares | Puede requerir fusión si hay inestabilidad |
| Artrodesis | Inestabilidad vertebral, espondilolistesis, degeneración severa | Ninguna directamente, se fusionan vértebras | Máxima estabilidad a largo plazo | Pérdida de movilidad, recuperación más lenta |
La duración de la intervención quirúrgica depende del tipo de discectomía (abierta, microdiscectomía o endoscópica), la localización de la hernia discal (lumbar, cervical o torácica) y la complejidad anatómica del caso. En general, una discectomía lumbar mínimamente invasiva puede durar entre 45 minutos y 1 hora y media, mientras que las cirugías abiertas o aquellas combinadas con otros procedimientos de cirugía de columna (como artrodesis o laminectomía) pueden alargarse hasta las 2 horas.
En cualquier caso, el tiempo quirúrgico no es lo más importante: lo fundamental es realizar una descompresión adecuada de la raíz nerviosa afectada y los nervios cercanos, preservando las estructuras anatómicas de la columna vertebral y evitando complicaciones.
La anestesia general es la más común en la mayoría de las discectomías, ya sean lumbares o cervicales. Esto permite al cirujano trabajar con precisión mientras el paciente permanece inmóvil y sin dolor. En técnicas más avanzadas, como la discectomía endoscópica transforaminal, puede utilizarse anestesia local con sedación consciente, especialmente en casos de hernia discal lumbar localizada, lo que permite una recuperación aún más rápida.
La elección del tipo de anestesia se realiza siempre tras una valoración conjunta entre el traumatólogo y el anestesista, teniendo en cuenta el historial clínico del paciente, su tolerancia y el tipo de patología discal.
Podrás volver a conducir entre 2 y 4 semanas después de la operación, siempre que cumplas estas condiciones:
La conducción exige una buena movilidad vertebral y reflejos rápidos, por lo que tras una intervención de columna vertebral como la discectomía es fundamental que el entorno quirúrgico esté cicatrizado y que no haya síntomas neurológicos activos. En discectomías cervicales, el tiempo puede alargarse ligeramente si se ha utilizado un collarín o si se ha realizado una artrodesis.
Sí, existe un riesgo de recidiva de la hernia discal, especialmente si no se siguen las recomendaciones postoperatorias. Aproximadamente un 5-10 % de los pacientes pueden experimentar una nueva extrusión del núcleo pulposo en el mismo segmento o en otro nivel vertebral.
Los principales factores de riesgo para una nueva compresión nerviosa incluyen:
Tras la cirugía, el cuerpo genera una fibrosis natural alrededor del disco intervenido. Aunque el dolor ciático suele mejorar significativamente, si no se fortalece la musculatura paravertebral y no se cuida la biomecánica de la columna, el riesgo de recaída se incrementa.
No siempre. Es fundamental entender que la discectomía está indicada principalmente para tratar la radiculopatía (dolor irradiado por compresión del nervio, como la ciática o la cervicobraquialgia). Si el paciente sufre además de lumbalgia mecánica crónica —es decir, dolor localizado en la zona lumbar sin irradiación—, este puede persistir tras la cirugía si su causa está en otras estructuras como:
Por ello, el abordaje del dolor de espalda debe ser integral y personalizado. La discectomía resuelve eficazmente el componente neurológico, pero puede requerirse fisioterapia, ejercicios de estabilización lumbar y educación postural para aliviar el resto del dolor.
El disco extirpado no se regenera, pero el cuerpo puede adaptarse. La cicatrización completa del espacio discal puede tardar de 6 a 12 semanas.
La protusión es una deformación contenida del disco sin rotura del anillo fibroso. La hernia discal implica la rotura del anillo y la salida del núcleo pulposo, con mayor riesgo de compresión nerviosa.
Recupera la estabilidad de tu columna y mejora tu calidad de vida. Solicita tu consulta con nuestros especialistas en discectomía y recibe un diagnóstico personalizado y el tratamiento más adecuado para tu caso.
Hospital HM Puerta del Sur
Quirófanos: quirofanos@traumadrid.es
Hospital HM Rivas
Secretaría: secretaria@traumadrid.es
© 2024 Traumadrid – Aviso legal | Política de privacidad | Política de cookies | Web desarrollada por The Animal Brand – Agencia Marketing Digital Zaragoza
Hospital HM Puerta del Sur
Secretaría: 629 227 889
Citas: 919 370 000
Consultas externas: 629 227 889
Quirófanos: 676 290 176
Secretaría: traumatologia.hmps@mail.hmhospitales.com
Quirófanos: quirofanos@traumadrid.es
Hospital HM Rivas
Av. de José Hierro, 94, 28521 Rivas, Madrid
Secretaría: 681 325 606
Citas: 919 370 000
Secretaría: secretaria@traumadrid.es