Artrodesis vertebral cervical:
todo lo que debes saber

¿Qué es la artrodesis de columna vertebral?

La artrodesis vertebral cervical es un tipo de cirugía de columna diseñada para estabilizar un segmento de la columna cervical fusionando dos o más vértebras. Se trata de una intervención quirúrgica con un alto grado de especialización, que puede realizarse por vía anterior, posterior o combinada, y que está indicada en patologías cervicales complejas como la mielopatía cervical, la hernia discal con compresión neurológica, la estenosis espinal, las fracturas vertebrales o la inestabilidad estructural. Su objetivo es eliminar el movimiento entre las vértebras afectadas para aliviar la presión sobre los nervios raquídeos o la médula espinal, prevenir daños neurológicos progresivos y mejorar la calidad de vida del paciente.

Este procedimiento se considera una forma avanzada de instrumentación y artrodesis vertebral, ya que suele incluir la colocación de dispositivos de fijación como tornillos pediculares, placas cervicales, cajas intersomáticas o injertos óseos. La artrodesis vertebral instrumentada permite una recuperación más rápida, mayor tasa de fusión ósea y mayor estabilidad biomecánica.

artrodesis vertebral explicación

Síntomas que pueden indicar la necesidad de una fusión espinal

La cirugía se indica cuando existen lesiones estructurales o compresivas que afectan gravemente a la función neurológica del paciente o su calidad de vida. Entre las indicaciones más frecuentes se encuentran:

Objetivos terapéuticos de la artrodesis cervical

Los objetivos de esta intervención son múltiples y deben ser evaluados en función del estado clínico y funcional de cada paciente. No se trata únicamente de «fijar» las vértebras, sino de lograr una mejora sustancial en la calidad de vida y prevenir complicaciones neurológicas futuras.

Explicación artrodesis vertebral

Tipos de artrodesis vertebral cervical

Existen distintas clasificaciones según el abordaje, el número de segmentos afectados y el tipo de material utilizado para lograr la fusión. Es fundamental que el cirujano elija el tipo adecuado en función de la patología, la morfología vertebral, los síntomas del paciente y los objetivos quirúrgicos.

Según el abordaje quirúrgico

Artrodesis cervical anterior (ACDF): es el tipo más frecuente. Se accede a la columna por el cuello, se retira el disco intervertebral y se reemplaza por una caja o injerto, fijándolo con una placa anterior y tornillos. Ideal para hernias discales y mielopatías centradas.

– Artrodesis cervical posterior: se realiza por la parte posterior del cuello, con resección de láminas, fijación con tornillos pediculares o de masa lateral y barras. Indicada en inestabilidad multisegmentaria, fracturas complejas o revisiones quirúrgicas.

– Artrodesis combinada (anterior y posterior): en casos severos o deformidades graves, se recurre a una combinación de abordajes para lograr estabilidad completa.

Monosegmentaria: fusión de un solo nivel. Permite una mayor conservación de la movilidad cervical.

– Bisegmentaria o multisegmentaria: dos o más niveles. Puede ser necesaria en patologías degenerativas extensas o traumatismos complejos.

Injerto óseo autólogo (obtenido del propio paciente, habitualmente de cresta ilíaca).

– Injerto alogénico (donante humano, procesado en banco de tejidos).

– Cajas intersomáticas de PEEK o titanio, rellenas de injerto óseo o sustitutos sintéticos (fosfato cálcico, hidroxiapatita).

Tipos de implantes en una artrodesis cervical

Los implantes se colocan en el espacio intervertebral o alrededor del mismo para restaurar la anatomía y promover la fusión ósea. Pueden ser biológicos o artificiales.

Función: Sustituyen el disco intervertebral y mantienen la altura del espacio discal.
Materiales:

    • – PEEK (polímero biocompatible, radiolúcido, el más usado)
    • – Titanio (alta osteointegración)
    • – Cajas híbridas (PEEK con recubrimiento de titanio.

– Características:

    • – Estructura porosa o rugosa para favorecer el crecimiento óseo.
    • – Se rellenan con injerto óseo o sustituto.
    • – Pueden ser rectangulares, lordóticas o anatómicas según el nivel vertebral.

Función: Actúan como puente biológico entre las vértebras para lograr la fusión.

– Tipos:

    • – Autoinjerto: hueso del propio paciente (cresta ilíaca, lámina resecada…).
    • – Aloinjerto: hueso de banco de donante humano.
    • – Sustitutos sintéticos: hidroxiapatita, fosfato tricálcico, biovidrio, BMP (proteínas morfogenéticas óseas).

Ventajas:

    • – Autoinjerto: alta osteogénesis, menor riesgo de rechazo.
    • – Sintéticos: disponibilidad ilimitada y sin morbilidad del sitio donante.

Función: Aportan estabilidad dinámica en algunos casos de degeneración leve, especialmente en técnicas preservadoras de movilidad.

– Ubicación: entre apófisis espinosas lumbares.

– Ejemplo: Coflex®, X-Stop®.

Aunque no se usan en artrodesis como tal (porque preservan el movimiento), es útil mencionarlos para diferenciar:

– Función: Reemplazan completamente el disco dañado sin fijar las vértebras, manteniendo la movilidad.

– Indicación: Alternativa en pacientes jóvenes con patología discal sin artrosis avanzada ni inestabilidad.

– Materiales: Combinación de metales (cobalto-cromo, titanio) y polímeros (polietileno).

– Nota: No se consideran parte de una artrodesis, pero a veces se comparan en la toma de decisiones quirúrgicas.

Explicación de la artrodesis vertebral

Instrumentación en una artrodesis vertebral: elementos clave y su función

La instrumentación es el conjunto de elementos quirúrgicos que se utilizan para inmovilizar temporalmente las vértebras implicadas en una artrodesis hasta que se produzca la fusión ósea definitiva. Su función es doble: por un lado, garantiza la estabilidad mecánica inmediata del segmento operado, y por otro, facilita el entorno óptimo para que el injerto óseo se consolide correctamente.

A diferencia de los implantes —que suelen ocupar el espacio intervertebral, como las cajas o injertos—, los sistemas de instrumentación se colocan alrededor de la columna y están diseñados para resistir cargas biomecánicas hasta que la artrodesis sea completa.

Técnica quirúrgica: desarrollo completo

La técnica quirúrgica puede variar, pero en líneas generales, los pasos incluyen:

La intervención quirúrgica suele tener una duración media de entre 60 y 120 minutos, dependiendo del número de niveles a intervenir, la anatomía del paciente y si se combinan técnicas complementarias como laminectomía o foraminotomía. En el caso de una artrodesis de un solo nivel, el tiempo quirúrgico suele rondar los 75 minutos.

Preoperatorio de la artrodesis cervical

Antes de la intervención, el paciente se somete a un estudio completo que incluye:

Además, se ofrece al paciente información detallada sobre el procedimiento, expectativas de recuperación, y posibles complicaciones para reducir la ansiedad preoperatoria.

Antes y después de la artrodesis vertebral

Postoperatorio y recuperación tras una cirugía de artrodesis cervical

Primeras 24–48 h

Hospitalización breve con control del dolor y movilización progresiva del cuello. En algunos casos se emplea collarín cervical blando.

Primera semana

Reposo relativo en domicilio. Inicio de ejercicios de movilidad básica. Control de herida quirúrgica.

2–6 semanas

Reincorporación progresiva a actividades cotidianas sin esfuerzo. Inicio de fisioterapia guiada si procede.

6–12 semanas

Consolidación ósea progresiva. Evaluación por imagen. Reincorporación laboral (según actividad).

El tiempo total de recuperación puede variar, pero muchos pacientes retoman su actividad normal en 8–12 semanas, con una mejora significativa en calidad de vida.

Ventajas de la artrodesis vertebral cervical

La artrodesis cervical aporta una serie de beneficios terapéuticos que la convierten en la técnica de referencia para patologías que afectan la estabilidad o integridad de la columna cervical. En primer lugar, permite una estabilización definitiva del segmento afectado, eliminando los micromovimientos intervertebrales responsables de dolor y degeneración progresiva. Esta fijación contribuye también a frenar la progresión de enfermedades degenerativas y a evitar el deterioro neurológico.

Otro beneficio clave es que la artrodesis elimina la causa mecánica del dolor cervical crónico, sobre todo en casos donde la degeneración discal ha producido una pérdida significativa de altura discal o inestabilidad entre vértebras. Al fijar el segmento afectado, se interrumpe la transmisión del dolor originado en las articulaciones intervertebrales, ligamentos y estructuras neurales.

La cirugía también permite descomprimir la médula espinal y las raíces nerviosas de forma directa, ya que puede combinarse con procedimientos de laminectomía, foraminotomía o discectomía para liberar estructuras nerviosas comprimidas. Esta descompresión es fundamental en pacientes con síntomas de mielopatía o radiculopatía.

Además, gracias al uso de técnicas avanzadas y cirugías mínimamente invasivas, la artrodesis cervical puede realizarse con un menor daño a los tejidos blandos, reduciendo el sangrado, la tasa de infección y el dolor postoperatorio. En manos expertas, permite una recuperación más rápida y segura.

Finalmente, uno de los beneficios más valorados por los pacientes es la mejora global en su calidad de vida: se reduce el dolor de espalda, se recupera la autonomía y se minimiza el riesgo de complicaciones futuras como fracturas, caídas o déficits neurológicos progresivos.

Comparativa: Artrodesis cervical frente a otras cirugías similares

ProcedimientoIndicación principalNivel de invasiónPreserva movilidadRequiere implantesTiempo de recuperaciónComentario clave
Artrodesis cervical anterior (ACDF)Hernia discal, mielopatía, inestabilidad segmentariaModeradoNoSí (placas, tornillos, caja intersomática)6–12 semanasTécnica más frecuente, resultados predecibles
Artrodesis cervical posteriorFracturas, deformidades, revisiones quirúrgicasMayorNoSí (tornillos y barras)8–16 semanasIndicado en casos complejos multisegmentarios
Artroplastia cervicalHernia discal en pacientes jóvenes sin artrosis avanzadaMínimoSí (prótesis móvil)4–6 semanasPreserva movimiento, no recomendada en artrosis
Laminectomía descompresivaEstenosis de canal, mielopatía sin inestabilidadMedioNo (salvo que se combine con artrodesis)6–10 semanasPuede necesitarse artrodesis en algunos casos

Esta tabla permite visualizar de forma clara en qué situaciones se indica la artrodesis vertebral cervical frente a otras técnicas quirúrgicas que también abordan patologías similares del segmento cervical. La elección final dependerá de la evaluación individual por parte del equipo de cirugía de columna.

Eficacia de la artrodesis vertebral cervical

Diversos estudios clínicos han demostrado que la artrodesis cervical presenta tasas de éxito superiores al 90 % en cuanto a la mejora de síntomas neurológicos, reducción del dolor y estabilización de la columna cervical. Esta técnica permite una recuperación funcional progresiva y previene la progresión de patologías degenerativas, especialmente cuando se realiza con criterios adecuados y técnicas modernas de instrumentación.

Tasa de éxito clínica según la indicación

Patología tratadaTasa de mejoría clínica estimada
Hernia discal cervical90–95 %
Mielopatía cervical leve/moderada85–90 %
Inestabilidad vertebral90 %
Estenosis cervical80–88 %

Riesgos y complicaciones potenciales

Aunque es una técnica segura y bien establecida, pueden aparecer algunas complicaciones como:

Estas complicaciones son infrecuentes cuando la cirugía ortopédica y traumatología es realizada por un equipo experto y con adecuada planificación.

En general, la cirugía está diseñada para mejorar los síntomas, no para generar secuelas. No obstante, al tratarse de una técnica de fusión, el segmento operado pierde su movilidad, lo que puede generar una leve rigidez cervical en algunos pacientes. A largo plazo, existe un riesgo moderado de degeneración en niveles adyacentes (síndrome del segmento adyacente), aunque su aparición depende de factores anatómicos y funcionales individuales.

Modelo de columna para explicación de artrodesis

Recuperación de la artrodesis vertebral

La recuperación tras una artrodesis cervical es un proceso progresivo que requiere paciencia, constancia y una adecuada supervisión médica. En términos generales, el tiempo total de recuperación puede oscilar entre 8 y 16 semanas, dependiendo de factores como la edad del paciente, el número de niveles fusionados, el estado previo de la musculatura cervical y la existencia de otras patologías asociadas.

Fases de recuperación

Fase inicial (0–2 semanas)

Fase intermedia (2–6 semanas)

Fase avanzada (6–12 semanas)

Ejercicios recomendados tras una artrodesis cervical

Los ejercicios deben estar diseñados por un fisioterapeuta especializado, pero en general se incluyen:

No se recomienda realizar deportes de contacto, levantar cargas pesadas ni movimientos de hiperextensión cervical durante los primeros meses. En todo caso, el protocolo debe ser individualizado.

Preguntas frecuentes

Sí, se pierde la movilidad en el segmento intervenido, ya que las vértebras afectadas quedan fusionadas. Sin embargo, la columna cervical tiene un total de siete vértebras y en la mayoría de los casos, la pérdida de movilidad no afecta de forma significativa a la funcionalidad general del cuello. Además, esta rigidez es compensada por la mejora del dolor y la ganancia en estabilidad.

En absoluto. La mayoría de los pacientes experimentan una mejoría notable de su calidad de vida, ya que se elimina el dolor incapacitante, se recupera la fuerza y sensibilidad en brazos, y se mejora la capacidad para trabajar, conducir o realizar actividades cotidianas. El éxito de la cirugía se basa en conseguir una columna cervical estable, sin dolor y funcional.

Depende del tipo de trabajo y del número de niveles intervenidos. En trabajos de oficina o con baja exigencia física, muchos pacientes se reincorporan en 4–6 semanas. Si el trabajo implica cargas, movimiento continuo o conducción prolongada, puede ser necesario esperar entre 8 y 12 semanas o adaptar temporalmente el puesto.

En algunos casos, puede persistir cierta molestia o rigidez cervical, sobre todo durante las primeras semanas. Sin embargo, el dolor severo radicular o medular suele desaparecer por completo. Si aparece dolor nuevo meses después, puede ser necesario reevaluar el segmento intervenido o estudiar la posibilidad de síndrome del nivel adyacente.

La pseudoartrosis puede manifestarse con persistencia de dolor, sensación de inestabilidad o signos radiológicos de no consolidación. En estos casos, puede ser necesario realizar una reintervención, bien para estimular la fusión con nuevo injerto o refuerzo o para retirar/ajustar la instrumentación.

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