Qué es la fractura de acetábulo
Tabla de contenidos
Qué es el acetábulo y cuál es su función
El acetábulo es una estructura ósea situada en los laterales de la cadera que forma la articulación coxofemoral y une los huesos isquion, ilion y pubis.
Esta estructura ósea tiene una gran función para la movilidad de los miembros inferiores. Gracias a esta cavidad cotiloidea, cóncava y con forma de semicírculo, podemos desplazarnos y realizar la mayoría de movimientos en nuestra vida cotidiana.
En la porción cóncava de la superficie es donde se encaja la cabeza del fémur. Cualquier lesión en el acetábulo afecta de manera crucial a la funcionalidad de la articulación de la cadera.
Causas de las fracturas del acetábulo
La fractura de acetábulo se produce cuando una fuerza impacta contra la cabeza del fémur empujándola contra el acetábulo. La causa más habitual de esta lesión es un traumatismo de alta energía, como una caída desde altura o un accidente de tráfico. Aunque, también puede producirse en personas de avanzada edad con osteoporosis por caídas desde su propia altura.
La fuerza puede provenir de la rodilla o del lateral de la cadera, dependiendo de la dirección del impacto. Cuando la fuerza dirige la cabeza del fémur hacia fuera de la cavidad del acetábulo, se produce una dislocación de la cadera.
Hay casos en los que los pacientes con fractura de acetábulo requieren atención urgente, debido a que la lesión causada por un impacto de alta energía va acompañada de fuertes sangrados internos y otras lesiones.
Tipos de fracturas acetabulares
Existen diferentes tipos de fracturas acetabulares en función del grado de afectación de las estructuras que forman el acetábulo:
- Número y tamaño de los fragmentos óseos.
- Daños en la superficie del cartílago tanto del acetábulo como de la cabeza del fémur.
- Espacio entre las piezas rotas o superposición de los fragmentos óseos.
- Daños en los tejidos blandos circundantes al hueso coxal.
- Fractura abierta por fragmentos del hueso que sobresalen a través de la piel.
Esta es la clasificación de las fracturas del acetábulo, según la clasificación de Judet y Letournel:
Fracturas elementales:
- Fractura de la columna anterior del acetábulo.
- Fractura de la pared anterior del acetábulo.
- Fractura de la pared posterior del acetábulo.
- Fractura de la pared posterior.
- Fractura transversa.
Fracturas asociadas:
- Fractura en T.
- Fractura transversa + pared posterior.
- Fractura de columna posterior + pared posterior.
- Fractura de columna anterior + hemitransversa posterior.
- Fractura de ambas columnas.
Síntomas de una fractura de acetábulo
Los síntomas varían según la gravedad de la lesión. No es lo mismo que se produzca solo una grieta en la fosa acetabular a que se rompa el acetábulo en varios fragmentos.
Los signos más concluyentes de que alguien ha sufrido una fractura de acetábulo son:
- Incapacidad para mover el miembro inferior.
- Dolor intenso en la zona de la cadera que se agrava con el movimiento.
- Acortamiento de la pierna afectada.
- Rigidez articular.
- Sensación de hormigueo, en caso de que haya sido dañado algún nervio.
Diagnóstico de la fractura de acetábulo
Por lo general, cuando los pacientes sufren una fractura de acetábulo por un fuerte traumatismo, son derivados a urgencias donde se les realiza un tratamiento inicial de estabilización.
Mediante un examen físico, se realiza una exploración completa de todo el cuerpo, para ver si existen otros traumatismos o lesiones en la cabeza, el pecho, el abdomen o las piernas. El médico evalúa el grado de sensibilidad y movilidad en los tobillos, dedos y plantas de los pies para concluir el grado de afectación en la cadera.
La anatomía de la pelvis es muy compleja, por lo que es necesario realizar un estudio de imagen por rayos X y exploraciones por tomografía computarizada.
Tratamiento de la fractura de acetábulo
Aunque el tratamiento conservador para el tratamiento de este hueso de la superficie de la pelvis en su unión con la cabeza femoral suele tener buenos resultados, el tratamiento quirúrgico suele ser el elegido en la mayoría de los casos. El objetivo es lograr la correcta consolidación de la fractura y una adecuada adhesión de la cabeza del fémur con la cavidad cotiloidea.
Las fracturas acetabulares suelen presentarse en pacientes politraumatizados a causa de accidentes de tráfico, por lo que generalmente requieren de atención quirúrgica inmediata para evitar posibles complicaciones.
Tratamiento no quirúrgico
Cuando la fractura es estable se puede recomendar seguir un tratamiento conservador centrado en la tracción, descarga e inmovilización de la zona afectada. Las fracturas que requieren este tipo de tratamiento se caracterizan por:
- Desplazamiento < o igual a 2 milímetros.
- Zona de carga del techo libre.
- Dos columnas con congruencia articular secundaria.
- Pared posterior con afectación < 20%.
Una vez pasado ese tiempo de reposo, es fundamental recurrir a la fisioterapia para recuperar la movilidad, estabilidad y funcionalidad de la articulación, evitando así la atrofia muscular u otras posibles complicaciones.
El tratamiento no quirúrgico también puede ir acompañado de:
- Uso de muletas o andador para evitar cargar peso en la pierna hasta que los huesos estén completamente consolidados.
- Dispositivo de posicionamiento de piernas, una almohada de abducción o la inmovilización de la rodilla, para restringir la posición de la cadera y evitar que la cabeza del fémur se deslice o se salga fuera de la cavidad.
- Analgésicos para aliviar el dolor o anticoagulantes para reducir el riesgo de formación de coágulos de sangre en las piernas.
Tratamiento quirúrgico
Las fracturas acetabulares se tratan con cirugía en la mayoría de los casos y suponen un gran reto para los cirujanos especialistas. Este es el tratamiento más preciso para asegurar la fijación de las estructuras mediante la reconstrucción anatómica de la articulación de la cadera.
Las técnicas quirúrgicas más empleadas para este tipo de lesiones son:
- Reducción abierta y fijación interna: primero se colocan los fragmentos de hueso en su posición anatómica y después se colocan placas de metal y tornillos en las superficies externas para asegurar la correcta consolidación de los huesos.
- Artroplastia total de cadera: se opta por este tratamiento en pacientes de avanzada edad con fracturas complejas del acetábulo.
Recuperación de una fractura de acetábulo
Tras la operación, es común que los pacientes sientan dolor durante el proceso de sanación de la fractura. El médico suele recetar medicación para aliviar el dolor y ayudar a una recuperación más rápida.
El periodo de recuperación de este tipo de fracturas oscila entre los 9 y los 12 meses, hasta curarse por completo. Los resultados pueden ser muy dispares, ya que el éxito del tratamiento depende de varios factores, como la edad, la gravedad de la fractura, la calidad ósea o la salud y hábitos del paciente (tabaquismo).
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