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Fractura de húmero
síntomas, tratamiento y recuperación

¿Qué es una fractura de húmero y cuáles son sus tipos?

Una fractura de húmero es una lesión en el hueso del brazo llamado húmero, que se extiende desde el hombro hasta el codo. El húmero se puede fracturar en cualquier parte del hueso y su gravedad varía en función del tipo y la ubicación.

    1. Fractura de húmero proximal: lesión cerca del hombro y puede involucrar la cabeza del húmero o el cuello anatómico del hueso.
    2. Fractura de diáfisis: ocurre en la parte media del húmero, en la región del hueso que se encuentra entre el extremo proximal y el extremo distal.
    3. Fractura distal del húmero: se localiza cerca del codo y puede involucrar también esta articulación.
    4. Fractura del húmero en espiral: el hueso roto se encuentra en forma de espiral a lo largo de su eje, en lugar de ser una línea recta o una fractura en ángulo.
    5. Fractura conminuta: se rompe en múltiples fragmentos pequeños en lugar de romperse en uno o dos fragmentos grandes.
    6. Fractura transversal: se produce en línea recta a través del hueso, es decir, perpendicular al eje del hueso.
    7. Fractura con desplazamiento: los fragmentos del hueso se separan y no están alineados correctamente.
    8. Fractura sin desplazamiento: los fragmentos del hueso permanecen alineados.

Síntomas de una fractura de húmero

Los síntomas pueden variar dependiendo de la ubicación y la gravedad de la lesión, pero generalmente incluyen los siguientes:

    1. Dolor intenso, punzante o persistente, generalmente localizado en el área de la fractura que puede aumentar con el movimiento del brazo afectado.
    2. Hinchazón, sensibilidad y enrojecimiento en el área de la fractura.
    3. Deformidad visible, especialmente en fracturas desplazadas, en el brazo o una protuberancia ósea.
    4. Dificultad para mover el brazo, principalmente si hay un desplazamiento de los fragmentos óseos.
    5. Moretones en el área de la fractura debido a la acumulación de sangre bajo la piel.

Tratamiento de una fractura de húmero

El tratamiento depende del tipo de fractura, la edad, el nivel de actividad y la presencia de lesiones adicionales.

Tratamientos no quirúrgicos

En casos de fracturas estables y no desplazadas, puede ser suficiente inmovilizar el brazo con yeso o férula en una posición adecuada para la curación. Su uso puede prolongarse varias semanas. Sin embargo, si la fractura está desplazada o no se puede mantener una posición adecuada con la inmovilización, se puede realizar una reducción cerrada. Este procedimiento implica manipular los fragmentos óseos para realinearlos sin cirugía. Después de la reducción, se puede aplicar un yeso o una férula para inmovilizar el brazo.

Tratamientos no quirúrgicos

En fracturas complejas, desplazadas o inestables, puede ser necesario realizar una cirugía para fijar los fragmentos óseos en su lugar. Se utilizan clavos intramedulares, placas y tornillos o elementos de fijación externa para estabilizar la fractura y permitir una correcta cicatrización ósea.

Si los fragmentos óseos están muy dañados o hay una lesión articular significativa, puede ser necesaria una cirugía de reemplazo o artroplastia. Esto implica la sustitución del hueso fracturado por una prótesis artificial para restaurar la función y el movimiento del brazo.

Rehabilitación y fisioterapia para la recuperación

La rehabilitación y fisioterapia juegan un papel importante en la recuperación de una fractura de húmero y de la fuerza y la movilidad del brazo. Durante las primeras etapas de la rehabilitación, se inmoviliza el brazo mediante un yeso, una férula u otro dispositivo ortopédico, para proteger la fractura y permitir que el hueso sane correctamente. El tiempo de inmovilización depende del tipo de lesión y gravedad.

Una vez pasada la fase de inmovilización, se puede comenzar con terapia de movimiento pasivo de la mano del fisioterapeuta para mantener la movilidad articular y prevenir la rigidez.

A medida que la fractura progresa, se pueden introducir ejercicios de fortalecimiento para los músculos del brazo y el hombro, y tras esta fase, puede ser iniciar ejercicios de movilización activa. Estos implican el uso de su propia fuerza para mover el brazo y realizar movimientos funcionales.

Finalmente, cuando el paciente ha recuperado la fuerza y la movilidad, se trabaja en el entrenamiento de la función y en la realización de actividades específicas, como tareas diarias, deportivas o laborales, adaptadas al nivel de recuperación y metas individuales.

Complicaciones asociadas con una fractura de húmero

Una fractura de húmero puede estar asociada con varias complicaciones:

    1. Retraso en la curación ósea o dificultades en la consolidación ósea debido a fracturas graves, lesiones en tejidos blandos circundantes o inmovilización inadecuada.
    2. Infección en el sitio de la fractura tras una cirugía, que puede ser superficial o interna (osteomielitis) y requerir tratamiento con antibióticos.
    3. Malunion de los fragmentos óseos que puede provocar una deformidad en el brazo y afectar a la función y la movilidad.
    4. No unión de los fragmentos óseos como resultado a una inmovilización inadecuada, una lesión en los tejidos circundantes o una falta de suministro sanguíneo adecuado al hueso.
    5. Rigidez articular por la falta de movimiento o la rehabilitación insuficiente.
    6. Lesiones nerviosas o vasculares cercanas al hueso en casos de fracturas graves como resultado de entumecimiento, debilidad, alteraciones de la sensibilidad o incluso pérdida de la función en el brazo.

Fractura de húmero en niños: Consideraciones especiales

Durante la infancia, la estructura ósea se encuentra en proceso de desarrollo y crecimiento, por esa razón el traumatólogo infantil deberá preservar el potencial de crecimiento normal del hueso y evitar daños en los cartílagos de crecimiento cercanos.

Las fracturas en el cartílago de crecimiento (placa epifisaria) en los extremos del húmero se consideran fracturas Salter-Harris y se clasifican en diferentes tipos según la extensión de la lesión en el cartílago.

Tras la inmovilización, es importante comenzar la rehabilitación temprana y los ejercicios para restaurar la fuerza, la movilidad y la función del brazo. Los huesos de los niños son más flexibles y resilientes que los de los adultos, tienden a tener una recuperación más rápida que los adultos.

Debido al crecimiento en curso, las fracturas en niños pueden requerir un seguimiento a largo plazo mediante radiografías y exámenes periódicos para monitorear el desarrollo óseo y detectar cualquier problema potencial.

Preguntas frecuentes

El tiempo necesario para que una fractura de húmero se consolide depende de diversos factores, pero generalmente se estiman alrededor de 6 a 8 semanas. Sin embargo, es importante tener en cuenta que cada caso es único y el tiempo de curación puede variar significativamente de uno a otro.

Es esencial seguir las instrucciones del médico sobre el uso y cuidado de los dispositivos de inmovilización; tomar la medicación indicada, en caso de necesitarla; mantener limpia y seca la herida; equilibrar el reposo y la actividad física; acudir al fisioterapeuta para restaurar la fuerza y función del brazo; y asistir a las citas de seguimiento programas con el médico.

La prevención completa no se puede garantizar, aunque sí que existen algunas medidas para reducir el riesgo de sufrir una fractura de húmero, como seguir una dieta rica en calcio y vitamina D, evitar caídas, practicar deporte de forma segura, tratar la osteoporosis y mantener un estilo de vida saludable

Los pacientes con fracturas de húmero pueden retomar su actividad diaria en función del tiempo de recuperación que requieran. Es fundamental seguir las recomendaciones del médico, hacer rehabilitación y escuchar a tu cuerpo. No hay que apresurarse, si todavía sientes dolor, debilidad o limitación en el brazo afectado.

Algunos ejercicios comunes que pueden ser útiles durante la rehabilitación son: ejercicios de movimiento pasivo, ejercicios de fortalecimiento del hombro y el brazo con bandas elásticas o pesas ligeras, ejercicios de estabilización escapular y ejercicios de movilidad y flexibilidad.

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