Traumadrid Puerta del Sur

Secretaría: 629 227 889 | Citas: 919 370 000 | Quirófanos: 681 325 606

Traumadrid Rivas

Citas: 919 37 00 00

Qué es la periostitis tibial

La periostitis tibial o síndrome de estrés tibial medial es una lesión de pie y tobillo que se produce por la inflamación del periostio, la membrana que recubre el hueso de la tibia, como consecuencia al uso excesivo de los músculos del tercio medio de la tibia. 

Esta estructura se encuentra cubierta por terminaciones nerviosas, que hacen que el periostio de la tibia sea muy sensible al estrés muscular. La sobrecarga muscular provoca la acumulación de microrroturas en el periostio que hacen que los tejidos se inflamen y se irriten con mayor facilidad. 

Aparece con mayor frecuencia en personas que practican deportes y entrenamientos intensivos después de largas pausas de actividad física, como bailarines, corredores de fondo o jugadores de fútbol, aunque también hay casos en militares

Las causas de la periostitis también pueden estar relacionadas con estos factores:

Dolor en la pierna

Síntomas de la periostitis tibial

El síntoma más común de la periostitis tibial es el dolor en la espinilla, aunque sus características varían en función de cada paciente y del nivel de la lesión:

Nivel 1

Dolor después de la práctica deportiva.

Nivel 2

Dolor durante la práctica deportiva.

Nivel 3

Dolor empeora con la mínima tensión muscular.

Nivel 4

Dolor persiste limitando el entrenamiento deportivo.

Nivel 5

Dolor aparece incluso estando en reposo, sentado, acostado, etc.

El dolor puede presentarse en el lugar de origen de la lesión, en el tercio proximal o en el tercio media, o irradiarse hacia el pie. Además, en la piel de la zona afectada pueden presentarse sensibilidad, inflamación o parestesias.

Primer plano de los pies de un corredor

Cómo evitar la periostitis tibial

Para prevenir la periostitis tibial, hay que llevar a cabo una serie de correcciones a nivel deportivo y físico:

Es fundamental entrenar y correr con precaución para no sobrecargar la musculatura y realizar los descansos oportunos para que el organismo tenga tiempo de recuperarse y reparar las estructuras.

Cómo curar la periostitis tibial

Para dar con el tratamiento adecuado, debemos primero realizar el diagnóstico adecuado, ya que el dolor en la espinilla es un síntoma que puede ser generado por diversas lesiones: síndrome compartimental, ciática, trombosis venosa, contractura muscular…

Primero, se realiza un diagnóstico físico con palpación y luego se puede optar por un estudio de imagen para determinar el grado de afección del hueso y el músculo, mediante ecografía, radiografía, resonancia magnética o gammagrafía

Después de concretar que se trata de periostitis tibial, el siguiente paso es poner solución a los factores que causan la lesión, como el sobrepeso o la hiperpronación.

Cómo calmar el dolor

Ante cualquier lesión, lo principal es controlar el dolor que inhabilita al paciente y algunas de las soluciones que más ayudan a aliviar los síntomas son:

Tratamiento de la periostitis tibial

Se aconseja al paciente seguir los siguientes tratamientos conservadores:

En este tipo de lesiones no suele ser necesario recurrir a la cirugía, ya que las anteriores medidas suelen ser suficientes para la recuperación del paciente. Aunque hay casos de dolor crónico o de aumento de la presión donde hay riesgo de verse afectado el suministro de sangre al músculo, en los que se acude a la cirugía para liberar el compartimento muscular afectado. 

El procedimiento se realiza mediante cirugía abierta o endoscopia por un traumatólogo deportivo y/o especialista en pie y tobillo.

Tiempo de recuperación

El proceso de recuperación puede ser muy diferente de un paciente a otro, ya que depende de la gravedad de la lesión, la causa y los síntomas. 

Por esta razón, es muy difícil concretar un tiempo de recuperación, aunque generalmente
 
los deportistas suelen tardar en recuperarse y volver a la actividad deportiva de 3 a 6 semanas.

Estiramientos y ejercicios

Estos son algunos de los ejercicios que podemos realizar para que el proceso de recuperación sea más rápido y efectivo:

01

Elevación de talones: de pie y apoyados en la pared, levantamos el pie de una pierna flexionando la rodilla y elevamos el talón de la otra pierna apoyada en el suelo. Mantenemos la pierna elevada durante unos segundos y la bajamos

02

Potenciación del glúteo medio: tumbados en el suelo de lado sobre la pierna sana, elevamos la pierna afectada hacia arriba y la bajamos repetidamente. 

03

Estiramiento del tibial anterior: de pie y apoyados en la pared, dejamos una pierna estirada y la otra la llevamos hacia atrás con cuidado mientras flexionamos ligeramente la rodilla. 

04

Estiramiento de gemelos: de pie y apoyados en la pared, adelantamos una pierna y flexionamos ligeramente la rodilla, manteniendo la pierna atrasada extendida. Desplazamos el centro de gravedad hacia adelante.

05

Flexión dorsal: de pie y apoyados en la pared, hacemos una flexión dorsal de ambos pies, intentando llevar las puntas hacia arriba.

Persona de puntillas

¿QUIERES CONTACTAR CON NUESTROS EXPERTOS?

Shopping Basket