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La rotura de menisco es una lesión de la articulación de la rodilla que suele ocurrir de manera repentina por un movimiento brusco durante la práctica deportiva.
Los meniscos son dos estructuras de fibrocartílago que se encuentran dentro de la rodilla, entre la tibia y el fémur, y que cuya función principal es distribuir la carga del peso corporal para proteger el cartílago articular. Estas estructuras aportan estabilidad a la rodilla y permiten realizar actividades de la vida diaria y actividad deportiva sin limitación.
Cada una de las rodillas cuenta con dos meniscos, el menisco medial que se sitúa en la parte interna de la rodilla y el menisco lateral en la parte externa.
Las principales funciones de los meniscos son:
El principal síntoma de una lesión meniscal es el dolor medial (menisco interno) o lateral (menisco externo). Esta lesión de rodilla es la más frecuente entre los deportistas.
Otros síntomas habituales son:
Las lesiones meniscales se pueden dividir en dos grandes grupos:
Existen otros tipos de rotura meniscal menos frecuentes:
El tratamiento de las lesiones meniscales depende del tipo de rotura.
Roturas degenerativas: el tratamiento conservador es la primera opción. Consiste en realización de fisioterapia asociada a analgesia. En caso de no presentar mejoría de los síntomas se puede plantear la intervención.
Roturas agudas traumáticas: normalmente afectan a pacientes jóvenes y precisan intervención.
Las lesiones de menisco son comunes en pacientes que han sufrido un traumatismo en la rodilla, especialmente en deportes de alto impacto. Dependiendo del tipo de lesión meniscal se pueden realizar distintas técnicas quirúrgicas:
1. Reparación meniscal
Siempre que sea posible se recomienda reparar el menisco. Existen diferentes técnicas, como son la sutura meniscal, la reinserción meniscal y el trasplante de menisco. La conservación del tejido meniscal ha demostrado conservar y mejorar la función de la rodilla. Este tipo de intervención es especialmente importante para los pacientes jóvenes o deportistas, ya que preserva la estructura meniscal natural.
2. Resección meniscal
En aquellos casos en los que no es posible reparar el menisco se puede realizar una resección del tejido. Este procedimiento implica la extracción del tejido dañado y, para minimizar el impacto sobre la rodilla, siempre se intenta resecar la menor cantidad de tejido posible. La resección meniscal está indicada en lesiones complejas donde el menisco ha sufrido un daño severo, y su objetivo es reducir el dolor y evitar la progresión de otros problemas articulares.
La recuperación tras una artroscopia de rodilla siempre es más rápida que tras una cirugía abierta. Si todo va bien durante la operación de menisco roto, el paciente puede recibir el alta ese mismo día e incluso empezar a caminar con ayuda de muletas.
Tras la operación, se recomienda al paciente acudir a un fisioterapeuta para que la recuperación sea más rápida y eficaz. En dichas sesiones de rehabilitación, se trabajarán ejercicios de menisco roto para fortalecer la musculatura y trabajar la estabilidad de la rodilla.
El tiempo de recuperación de menisco roto depende del tipo de tratamiento quirúrgico. Para una meniscectomía parcial, el tiempo estimado es de 2 a 3 semanas, pero en el caso de una sutura meniscal, el tiempo puede superar los 3 meses.
Estos son algunos de los ejercicios de rehabilitación más recomendados tras sufrir una rotura de menisco:
1. Extensión de rodilla
Tumbados en el suelo, colocamos una toalla enrollada debajo del talón y la levantamos unos 15 cm del suelo y la volvemos a bajar. Este ejercicio es muy positivo y poco invasivo.
2. Flexión de rodilla
Sentados en el suelo y con las piernas extendidas, llevamos la rodilla flexionada hacia nuestro cuerpo y la volvemos a estirar.
3. Sentadillas con pelota
Colocamos una pelota de pilates entre nuestra espalda y la pared y doblamos las rodillas en un ángulo de 45º
4. Elevación de piernas
Tumbados en el suelo boca arriba, elevamos la pierna hacia arriba unos centímetros y la mantenemos 10 segundos elevada antes de volverla a bajar.
5. Elevación de pelvis
Tumbados boca arriba y con los pies apoyados en el suelo, elevamos la pelvis y contraemos el glúteo durante 10 segundos antes de volver a bajar.
Autor: Dr. Alberto Touza
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