Tratamiento de la rodilla del corredor
Tratamiento conservador
Este es el enfoque inicial recomendado para la mayoría de los pacientes y se centra en aliviar los síntomas sin intervención quirúrgica. Incluye:
Reposo y modificación de actividades
Reducir o evitar las actividades que causan dolor, como correr o ejercicios de alto impacto. Actividades de bajo impacto como la natación pueden mantenerse para preservar la condición física.
Terapia de frío
La aplicación de hielo sobre el área afectada varias veces al día ayuda a reducir la inflamación y el dolor.
Estiramientos de la cintilla iliotibial
Realizar ejercicios específicos que alivien la tensión de la banda iliotibial, como el estiramiento lateral cruzado o el uso de rodillos de espuma.
Fortalecimiento muscular
Ejercicios que mejoren la estabilidad de la cadera y la rodilla, como el fortalecimiento de glúteos y cuádriceps, son esenciales para reducir la sobrecarga en la cintilla iliotibial.
Fisioterapia
Un fisioterapeuta puede emplear técnicas como masoterapia, ultrasonido terapéutico o ejercicios correctivos para aliviar los síntomas y prevenir recurrencias.
Medicamentos antiinflamatorios
Bajo prescripción médica, los AINEs pueden ser utilizados para reducir el dolor y la inflamación de manera temporal.
Tratamiento quirúrgico
La cirugía se considera en casos excepcionales, cuando los síntomas persisten a pesar de meses de tratamiento conservador o cuando la inflamación crónica afecta la calidad de vida del paciente. Las opciones quirúrgicas incluyen:
Liberación de la cintilla iliotibial
Un procedimiento que implica el corte controlado de parte de la banda iliotibial para reducir la tensión y eliminar la fricción sobre el fémur lateral.
Descompresión y limpieza articular
En casos de inflamación severa, se puede realizar una limpieza quirúrgica para eliminar tejidos inflamados o cicatriciales que contribuyen al dolor.
La recuperación tras la cirugía incluye un programa de rehabilitación supervisado, con un retorno gradual a las actividades físicas. Los tiempos de recuperación varían, pero generalmente oscilan entre 6 y 12 semanas.