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Artrosis de tobillo: Síntomas, tratamiento y prevención

Tabla de contenidos

¿Qué es la artrosis de tobillo?

La artrosis de tobillo, conocida también como osteoartritis de tobillo, es una enfermedad articular degenerativa crónica que involucra la pérdida progresiva del cartílago articular en la articulación del tobillo.

El tobillo es una articulación sinovial de tipo bisagra que se forma mediante la unión de la tibia, el peroné y el astrágalo. Estos huesos están revestidos de cartílago articular, un tejido resistente y altamente especializado que recubre las superficies óseas. Su función principal es proporcionar amortiguación, reducir la fricción y permitir un movimiento articulatorio sin dolor.

A medida que la enfermedad avanza, el cartílago sufre una serie de transformaciones, que abarcan la disminución en su grosor, la alteración de su superficie hacia un estado irregular y rugoso, la formación de “espuelas óseas” y la pérdida de su capacidad elástica.

Artrosis de tobillo

Síntomas de la artrosis de tobillo

La artrosis de tobillo se manifiesta clínicamente a través de diferentes síntomas que pueden tener un impacto significativo en la calidad de vida de los pacientes, afectando a su capacidad para caminar, para realizar actividades cotidianas y para mantener un estilo de vida activo.
  1. Dolor en el tobillo: es uno de los síntomas principales. Puedes experimentar dolor en el tobillo que empeora con la actividad física o al final del día. El dolor tiende a ser profundo y constante. También puede irradiar hacia otras áreas, como el pie o la pierna, debido a la alteración en la mecánica de la articulación.
  2. Rigidez: es común, especialmente por la mañana o después de períodos prolongados de inactividad. Puedes notar dificultad para mover el tobillo con fluidez.
  3. Inflamación: la articulación del tobillo puede hincharse, lo que a menudo agrava el dolor y la rigidez. La inflamación puede ser intermitente o persistente.
  4. Dificultad para caminar y pérdida de movimientos: puedes experimentar cojera o un patrón de marcha alterado debido al dolor y la rigidez. También puedes encontrar dificultades para realizar movimientos como la flexión dorsal o plantar.
  5. Crujidos o chasquidos: al mover el tobillo, puedes percibir crujidos o chasquidos como resultado de la fricción entre los huesos debido al desgaste del cartílago.
  6. Debilidad muscular: la disminución de la movilidad y la función del tobillo pueden llevar a la debilidad de los músculos que rodean la articulación.
Los síntomas pueden variar según el grado de avance de la artrosis y la respuesta individual de cada paciente.

Causas de la artrosis de tobillo

Es importante destacar que la artrosis de tobillo no es una consecuencia inevitable del envejecimiento. Aunque la edad es un factor de riesgo, lesiones previas en el tobillo, enfermedades autoinmunes, mal alineamiento estructural y factores genéticos; también pueden desencadenar esta condición.
  1. Lesiones traumáticas: las lesiones previas en el tobillo, como esguinces severos, fracturas o lesiones de los ligamentos, pueden aumentar significativamente el riesgo de desarrollar artrosis. Estas lesiones pueden dañar el cartílago y alterar la estructura de la articulación, lo que compromete su función y acelera el desgaste.
  2. Mal alineamiento estructural: genera una distribución desigual de la carga en la articulación. Esto significa que ciertas áreas del cartílago pueden soportar más presión que otras. Un ejemplo común es el pie plano, donde la falta de un arco adecuado puede afectar la alineación y la función del tobillo.
  3. Sobrecarga y uso excesivo: actividades de alto impacto, como correr o saltar, pueden someter al tobillo a tensiones repetitivas y una carga significativa. También se observa en personas que tienen trabajos que requieren estar de pie durante largos períodos.
  4. Enfermedades autoinmunes y factores genéticos: algunas enfermedades autoinmunes, como la artritis reumatoide, pueden afectar la articulación del tobillo y dar lugar a la artrosis. La genética puede desempeñar un papel importante en la predisposición a la artrosis de tobillo.
  5. Envejecimiento: el proceso natural de envejecimiento es un factor de riesgo para la artrosis. A medida que envejecemos, el cartílago tiende a desgastarse gradualmente, lo que aumenta la probabilidad de desarrollar artrosis.
  6. Obesidad: el exceso de peso ejerce una carga adicional en la articulación.

Tratamiento de la artrosis de tobillo

El tratamiento de la artrosis de tobillo puede variar según la gravedad de la afección y la respuesta individual de cada paciente. En general, los enfoques terapéuticos pueden incluir estrategias conservadoras y, para casos más avanzados, se consideran opciones quirúrgicas, como la artroscopia o la artroplastia de tobillo. Además, la investigación en terapias regenerativas está en constante avance y ofrece esperanza para el tratamiento de la artrosis de tobillo.

La terapia física, también conocida como fisioterapia, es un componente fundamental en el tratamiento de la artrosis de tobillo. La terapia física en el manejo de la artrosis de tobillo funciona de la siguiente manera:
  • Ejercicios de fortalecimiento diseñados para fortalecer los músculos que rodean la articulación. Estos ejercicios ayudan a estabilizar la articulación, reducir la carga sobre el cartílago desgastado y mejorar la movilidad.
  • Ejercicios para mejorar la movilidad a través de estiramientos y técnicas de movilización que ayuden a restaurar la amplitud de movimiento y reducir la rigidez.
  • Educación y orientación sobre cómo cuidar su tobillo en la vida cotidiana, técnicas de autorrehabilitación y estrategias para prevenir el empeoramiento de la artrosis.
Algunos de los ejercicios que pueden ser beneficiosos son:
  • Movimientos de flexión y extensión del tobillo: siéntate en una silla con los pies apoyados en el suelo. Luego, realiza movimientos suaves de flexión (llevar los dedos de los pies hacia arriba) y extensión (llevar los dedos de los pies hacia abajo) del tobillo. Haz esto de manera lenta y controlada.
  • Movimiento de rotación del tobillo: mientras estás sentado, gira lentamente el tobillo en círculos en sentido horario y antihorario.
  • Elevación de talones: párate frente a una pared o una silla para mantener el equilibrio. Levanta los talones del suelo mientras mantienes los dedos de los pies en el suelo. Luego, baja lentamente los talones. Este ejercicio fortalece los músculos de la pantorrilla.
  • Elevación de dedos de los pies: realiza el ejercicio opuesto al anterior. Mantén los talones en el suelo y eleva los dedos de los pies lo más alto que puedas. Luego, baja los dedos de los pies de manera controlada.
  • Ejercicios de resistencia con banda elástica: utiliza una banda elástica para realizar ejercicios de resistencia, como la flexión y extensión del tobillo contra la resistencia de la banda. Esto ayudará a fortalecer los músculos del tobillo.
  • Ejercicios de equilibrio: practica el equilibrio sobre un pie. Puedes hacerlo sosteniéndote en una silla o una pared para mayor seguridad. Trata de mantener el equilibrio durante 30 segundos o más en cada pie. Esto ayuda a fortalecer los músculos estabilizadores del tobillo.
  • Ejercicios en la piscina: los ejercicios efectuados en el agua reducen la carga en las articulaciones y permiten mejorar la movilidad y la fuerza.
  • Estiramientos: realiza estiramientos suaves de los músculos de la pantorrilla y los tendones de Aquiles. Mantén cada estiramiento durante 20-30 segundos.

La rehabilitación después del tratamiento de la artrosis de tobillo es una parte fundamental del proceso de recuperación. Esta fase tiene como objetivo restaurar la función normal de la articulación, mejorar la movilidad y fortalecer los músculos para prevenir la recurrencia de la artrosis y mantener la calidad de vida.

Las principales etapas de rehabilitación que se pueden incluir después del tratamiento son: fisioterapia continuada, control del dolor e inflamación, programa de ejercicios en casa y apoyo con dispositivos ortopédicos.

Es importante destacar que la rehabilitación después del tratamiento de la artrosis de tobillo es altamente individualizada y varía según la gravedad de la afección y las necesidades del paciente.

El diagnóstico de la artrosis de tobillo generalmente se realiza a través de un proceso que incluye varias etapas:
  1. Evaluación clínica e historia médica: realizada por un médico traumatólogo especializado en tobillo. Durante esta evaluación, el médico examina el tobillo y busca signos de artrosis, como dolor, inflamación, rigidez y cambios en la movilidad. Además, se recopila información sobre la historia médica del paciente: antecedentes de lesiones, enfermedades autoinmunes o factores genéticos, entre otros.
  2. Radiografías): las imágenes de rayos X pueden mostrar cambios característicos en la articulación, como la reducción del espacio articular, la formación de osteofitos y el adelgazamiento del cartílago.
  3. Resonancias magnéticas (RM): En algunos casos, se puede utilizar una resonancia magnética para obtener imágenes más detalladas y detectar lesiones en tejidos blandos que no se ven en las radiografías.
Una vez que se han completado estas etapas de evaluación y se ha confirmado el diagnóstico de artrosis de tobillo, el médico puede desarrollar un plan de tratamiento adecuado, que puede incluir terapia física, medicamentos, dispositivos ortopédicos y procedimientos quirúrgicos. Es importante destacar que el diagnóstico y el tratamiento de la artrosis de tobillo deben ser llevados a cabo por un profesional médico con experiencia en traumatología de tobillo, ya que se trata de una afección compleja que requiere una atención especializada.

Prevención de la artrosis de tobillo

Prevenir la aparición de la artrosis de tobillo implica tomar medidas para reducir los factores de riesgo conocidos y mantener la salud de la articulación del tobillo a lo largo del tiempo. Aunque no siempre es posible evitar completamente la artrosis, se pueden seguir estas estrategias para reducir el riesgo: 
  1. Mantener un peso saludable puede reducir la presión sobre la articulación y disminuir el riesgo de desarrollar artrosis.
  2. Realizar ejercicio regular de bajo impacto, como la natación, el ciclismo o el yoga;  puede ayudar a mantener la fuerza y la estabilidad en el tobillo.
  3. Evitar lesiones utilizando calzado adecuado para la actividad física, evitar superficies resbaladizas y practicar técnicas de aterrizaje seguro.
  4. Realizar un calentamiento adecuado y estiramiento para preparar los músculos y articulaciones, incluyendo el tobillo.
  5. Mantener una dieta equilibrada y rica en alimentos que promuevan la salud de las articulaciones, como aquellos con propiedades antiinflamatorias.
  6. Controlar el estrés crónico, puede contribuir a la inflamación en el cuerpo, lo que puede afectar las articulaciones
  7. Si tienes problemas de alineación en los pies o tobillos, como pie plano o pie cavo, consulta a un especialista.
CV Alejandro Gómez

Preguntas frecuentes

La artrosis de tobillo es una afección crónica, lo que significa que no tiene una cura definitiva. Sin embargo, con el tratamiento adecuado, es posible controlar los síntomas, mejorar la función y mantener una buena calidad de vida.

La edad de inicio de la artrosis de tobillo puede variar, pero suele afectar con mayor frecuencia a personas mayores de 50 años. Sin embargo, la edad de inicio puede ser influenciada por la genética, el estilo de vida y otros factores individuales.

La artrosis de tobillo puede afectar a uno o ambos pies, dependiendo de la causa subyacente y los factores de riesgo del paciente. No todas las personas con artrosis de tobillo desarrollarán la enfermedad en ambos pies.

Las opciones no quirúrgicas para tratar la artrosis de tobillo pueden incluir terapia física, medicamentos como analgésicos y antiinflamatorios, dispositivos ortopédicos como órtesis, cambios en el estilo de vida, y terapias alternativas como la acupuntura o las inyecciones de plasma rico en plaquetas (PRP).

La cirugía se considera cuando los tratamientos no quirúrgicos no alivian adecuadamente los síntomas de la artrosis de tobillo o cuando la enfermedad ha progresado significativamente. Algunas de las cirugías más comunes para tratar la artrosis de tobillo incluyen la artroscopia, la artroplastia de tobillo y, en casos avanzados, la fusión de tobillo.

El tiempo de recuperación de una cirugía de artrosis de tobillo varía según el tipo de procedimiento realizado y la gravedad de la afección. En general, puede llevar varias semanas o meses para recuperarse completamente. 

Mantener un peso saludable a través de una dieta equilibrada y la actividad física puede aliviar la presión sobre la articulación del tobillo. Los alimentos ricos en antioxidantes y ácidos grasos omega-3 pueden ayudar a reducir la inflamación. También es importante evitar el tabaquismo y reducir el consumo de alcohol, ya que estos hábitos pueden empeorar los síntomas.

Si bien no es posible prevenir la artrosis de tobillo, se pueden tomar medidas para reducir el riesgo. Algunas personas pueden estar genéticamente predispuestas a desarrollar la enfermedad a pesar de tomar precauciones.

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