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La fractura de escafoides es una lesión de muñeca que es fácilmente confundible con otras enfermedades de la articulación, por lo que se recomienda prestar especial atención al diagnóstico para ser lo más precisos posible.
El escafoides es un hueso pequeño, alargado y curvo que se encuentra en la cara interna de la articulación de la muñeca, próximo al dedo pulgar, formando parte de la primera fila del carpo.
Como el resto de huesos carpianos, el escafoides se articula con el radio, y ayuda a mantener la estabilidad y a ampliar el rango de movimiento de la muñeca. Su posición, justo en la zona de flexión de la muñeca, hace que sea un hueso vulnerable al sobreesfuerzo por su constante compresión y rotación.
La fractura de escafoides es la más común entre los huesos carpianos y suele producirse en la zona denominada “cintura”, la parte media del hueso. Aunque con menos frecuencia, también hay veces en las que se ven afectados el polo proximal y el distal.
La gravedad de esta lesión puede variar mucho de unos casos a otros, ya que depende del estado en el que se encuentra el hueso:
Fractura sin desplazamiento:
Los fragmentos del hueso permanecen alineados.
Fractura con desplazamiento:
La causa más común de fractura del escafoides es caerse al suelo con el peso sobre la palma de la mano extendida. Esta lesión se produce en personas de todas las edades, por lo que no se establecen factores predominantes en este caso.
También es habitual que se produzca durante la práctica de deportes como el patinaje o el snowboard o en accidentes de tráfico.
Los síntomas principales que deben alertarnos de que se ha producido este tipo de fractura son:
Después del periodo de inmovilización recomendado por el médico, se puede recurrir a la crioterapia o terapia de frío para reducir la inflamación y aliviar el dolor.
La primera prueba que se realiza al paciente es una radiografía simple anteroposterior, lateral y oblicua. Hay ocasiones en las que la fractura de escafoides no se observa en la radiografía o se confunde con un esguince de muñeca.
Si los signos indican que se trata de esta lesión, debemos realizar una resonancia magnética e inmovilizar el dedo pulgar con una férula.
Para el seguimiento de la lesión, a los días se vuelve a citar al paciente y se repite la radiografía.
En caso de no detectar a tiempo una fractura de escafoides, cabe la posibilidad de que el cartílago de la muñeca se vaya degenerando progresivamente. Además, si la fractura altera el suministro sanguíneo en la zona (osteonecrosis), puede ocasionar complicaciones significativas en la calidad de vida del paciente.
Si la fractura no está desplazada, es suficiente con utilizar una férula para inmovilizar el pulgar y el paciente se recupera en unas 6 semanas aproximadamente.
En los casos más complejos, donde el hueso se ha desplazado y hay fragmentos superpuestos entre sí, es aconsejable acudir al tratamiento quirúrgico por medio de reducción abierta y fijación interna, o incluso introducir un injerto óseo.
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